La ropa de protección, como monos ignífugos, trajes químicos y chalecos antibalas, está diseñada para proteger a los trabajadores de peligros específicos en su entorno laboral. Estos equipos ofrecen una barrera contra riesgos como fuego, productos químicos, y impactos físicos, garantizando la seguridad y el bienestar de los empleados mientras realizan sus tareas.